Todos los años, desde 1970, se ha venido celebrando el Día de la Tierra. Para acortar la historia, todo empezó como una idea de hacer política pública entre algunos Senadores y Congresistas de Estados Unidos en la segunda mitad de la década de 1960, con el fin de concientizar a la población sobre el uso de recursos naturales. Casi 50 años después, el Día de la Tierra se ha convertido en un día en donde millones de habitantes del planeta aprovechan para pronunciarse en este suceso y confesar su profundo amor por la Madre Naturaleza pero, ¿no es eso bastante irónico si los otros 364 días del año poco o nada les puede importar el medio ambiente?
Sí, ahora ha nacido la tendencia de que “todos los días son el día de la Tierra” con el hashtag #everydayisearthday, buscando crear aún más consciencia de lo que se logró cuando la mayoría de nuestros padres todavía andaban de la mano de nuestros abuelos. Aunque la realidad es muy distinta. Lo que se vuelve tendencia en redes se olvida más rápido que la lista de las compras que jamás anotamos por que nos tenemos fe. En lo que tardamos en “adecuar” nuestra vida para ser más sostenibles ha nacido algún otro trend y lo que nosotros íbamos haciendo, ya no es ni suficiente ni aceptable por la comunidad “sostenible”. Si reciclas, que por qué lo haces, porque lo que deberías es no generar basura. Si no comes carne, que no es suficiente porque compras en el supermercado los vegetales y no al productor. Y así, cuidar a la Tierra se ha convertido en una tediosa y antipática moda del que hace “más” y hace sentir al resto de menos por no ser como él (o ella).
A propósito del Día de la Tierra creo que es importante que nos sigamos educando como expedicionarios, montañistas, aventureros, como te quieras auto identificar en esto que amamos tanto: vivir afuera.
La Naturaleza es nuestro mejor patio de juegos. Hay un sinfín de lugares por descubrir y recorrer. Lugares que tienen mucho para enseñarnos, pero que tristemente están en peligro. Somos seres curiosos, una de nuestras más hermosas características como seres humanos, pero también una de las más complejas de manejar. ¿Hasta dónde llega nuestra curiosidad e invade el espacio de la Naturaleza, cuando le hacemos daño con esta necesidad de explorar que tenemos?
La educación relacionada al outdoors es casi nula o inexistente. Cada uno quiere ir por su lado, acampar donde le plazca, encender fuegos donde no son y la lista no termina. Es por esto que en el año 1994, la organización Leave No Trace Behind publicó los parámetros (altamente) recomendables para poder llevar una vida armoniosa cada vez que salgamos de aventura – y en verdad cuidar de la Tierra siempre que podamos.
Los 7 principios propuestos por la organización enmarcan acciones cotidianas que podemos adoptar no solamente al salir a la naturaleza, sino también en nuestro diario vivir. No creo que exista una fórmula perfecta sobre cómo ser un buen expedicionario con una conciencia ambiental completamente sana, pero estas disposiciones son perfectas para empezar, sobre todo porque son realistas.
1. Planificar y preparar:
Mucha gente detesta la planificación y organización de expediciones (esta parte es mi favorita y me da un placer indescriptible). Poder planificar una expedición con tiempo y preparar todos los recursos necesarios ayuda a que se minimicen muchos riesgos de todos quienes estarán involucrados, además de minimizar el impacto sobre la tierra o el terreno que se va a recorrer, ya que implica trazar una ruta, establecer campamentos y demás.
En esto, siempre es muy importante considerar el lugar que va a visitar, las condiciones climáticas – la tecnología que tenemos ahora para poder monitorear clima, vientos, precipitación y demás en zonas agrestes es de locos-.
2. Viajar y acampar en superficies establecidas:
Los aventureros, muchas veces reacios a seguir chaquiñanes pre-establecidos o rutas, terminamos haciendo un daño enorme en la naturaleza.
Este principio se refiere a la importancia de seguir las instrucciones de cada lugar al que vamos, seguir los caminos sin desviarnos de la ruta – no olvidemos que las montañas y páramos son ecosistemas altamente sensibles- y sobretodo, utilizar los lugares designados para camping para no tener más impacto que lo que esperado. Ser respetuoso con el lugar. Esto también implica considerar que la Naturaleza no necesita de parlantes o speakers con música, ni gritos o conversaciones subidas de tono. Es importante recordar que estamos visitando un ecosistema ajeno al nuestro y que puede ser fácilmente alterable si no somos cuidadosos.
3. Deshacerse de la basura/desperdicios de una forma adecuada:
Es muy importante siempre considerar que cualquier tipo de desperdicio que se deje detrás tendrá un impacto en otros visitantes o aventureros, el agua a sus alrededores y sin lugar a duda, la vida silvestre.
Obviamente, somos humanos y el cuerpo llama, tenemos necesidades. Pero, no podemos dejar de ser conscientes al respecto. De acuerdo a los principios de LNT, en ciertos casos lo mejor es enterrar los desechos humano (por lo que siempre se aconseja llevar una pequeña pala de jardinería entre las cosas de camping), pero JAMÁS enterrar también papel higiénico ni toallitas humedas o cualquier otro artículo como toallas sanitarias o tampones (eso deberá regresar contigo en una bolsita. Hablando de bolsitas, otros lugares, como encañonados de ríos o zonas rocosas requieren que los visitantes se lleven sus desechos. Sabemos que lo haces por tu perro, ¿por qué no por ti mismo? Así evitas sorpresas bastante desagradables a otros y no contaminan las fuentes de agua alrededor.
En cuanto al aseo procura solo utilizar jabones o lociones que son biodegradables. Además, no te olvides de llevar tu propia botella rellenable de agua – y suficiente agua si son zonas en donde no podrás encontrarla.
Esto de llevarte tu basura contigo de vuelta a la ciudad o de donde viniste es esencial. Debe quedar como si no hubiese pasado nadie por ahí.
4. Deja todo donde esta:
Yo sé, yo también amo las Chuquiraguas y los Alpa Chochos que le dan tanto color a las montañas. Sueño con despertarme viendo esas flores tan salvajes que me transportan a mis amados Andes, aunque deba vivir en la ciudad. Pero por mucho que las ame, tengo que dejarlas ser, dejarlas en donde pertenecen. Esto aplica para todo tipo de planta, animal, bicho o demás. Nosotros somos visitantes y observadores ahí, no podemos ni debemos llevarnos nada que pudiese alterar el ciclo natural de las cosas. Tampoco debemos romper ramas o lastimar a los árboles.
5. Minimizar los impactos del fuego:
Este elemento tan hermoso y cautivador que nos dio el paso a convertirnos en seres humanos, también es altamente peligroso para la naturaleza. Es por eso, que debemos cuidarlo con pinzas, sobretodo, cuando estamos en una expedición.
En muchos lugares, hay sitios designados para cocinar o encender fuego. Es muy importante que solo se utilicen esos, así evitamos que más lugares alrededor sigan perdiendo sus propiedades y vegetación por el fuego.
En otros, en donde no hay sitios designados o estamos descubriendo una ruta nueva, es muy importante tomar en cuenta el rededor de donde se esta construyendo una fogata. Entender la dirección del viento, otras plantas u árboles alrededor que podrían llegar a prenderse si la vegetación está muy seca y sobre todo, poder controlar este fuego.
Es importante entender que aunque culturalmente es casi imposible concebir un campamento sin una fogata, cocinar en un reverbero o cocineta es mucho más eficiente y seguro.
Recordatorio: jamás de los jamases dejar el fuego sin supervisión.
6. Respetar la vida silvestre:
Aunque puede parecer obvio, es uno de los principios menos respetados. He podido ver cientos de veces a gente acercándose – o como yo lo veo, acosando- a los venados en el páramo del Antisana a ver si logran sacarse una buena foto para su Insta. Son animales salvajes, y como he dicho varias veces, nosotros solo somos visitantes en su hábitat, tu hogar. Debemos respetarlos, no acercarnos demasiado, admirarlos con distancia y respeto, sin hacer nada que pueda ponerlos ansiosos, nerviosos o incluso violentos si se sienten amenazados.
Además, siempre es necesario recordar que no debemos jamás llevarlos a nuestra casa e intentar domesticarlos. Son animales salvajes, necesitan estar en lo salvaje. No estamos ayudándolos ni haciendo su vida mejor, está lejos de ser un acto de caridad. Si alguna vez te topas con un animal salvaje que tiene síntomas de enfermedad o está herido, siempre es mejor que un veterinario se haga cargo – generalmente, podríamos causar más daño que bien en esas situaciones-. Por esto, cuando vayas a salir, es importante tener a la mano en tus contactos de emergencia a algún tipo de fundación o institución que trabajen con fauna salvaje.
7. Se considerado del resto:
Si estás en la montaña o en la naturaleza, probablemente sea porque amas los outdoors. Si te encuentras con otras personas, ellas tambien probablemente lo aman. La mayoría salimos en búsqueda de paz, sanación, conexión con la Tierra y tantas otras cosas. Somos billones de humanos habitando el mundo y es casi imposible que no nos encontremos unos con otros en algún punto, así que cuando eso pase, sé considerado con los otros.
No tengas parlantes o radios prendidos, pueden ser muy muy molestas. Si vas a llevar a tus perrijos o mascotas contigo, asegúrate de poder controlarlos. Soy de esas personas a las que ver un perro en un paseo le flipa, pero muchos incluso se pueden asustar. No dañes los caminos o trails por donde vas, ni los lugares designados para basura, acampar o demás. Y por último, aunque muchas veces si hay basureros, considera que los sistemas de recolección de basura en áreas agrestes es casi o completamente nula, así que insisto, llévate TODO lo que trajiste contigo, TODO.
Son 7 principios que cuidadosamente, han sido estudiados y publicados por la organización de Leave No Trace Behind. En su página se pueden encontrar muchos ejemplos y tips a profundidad de cómo manejar a las aventuras de una forma mucho mas sostenible y que de verdad cuide a la Tierra. Soy de la fiel creencia que cada uno de estos principios también puede aplicarse a nuestra vida cotidiana casi en su mayoría y son un gran paso hacía una forma realista de cuidar a la Tierra de verdad. No nos olvidemos que cada acción individual cuenta y que no hay fórmula perfecta para ser un buen ambientalista, solo la conciencia de que todos los días son el día de la Tierra.
Sí te apetece saber más sobre la organización de LNT, esta es su página.